Un estudio internacional demuestra que el apoyo de la AI ayuda a los médicos a diagnosticar mejor los casos clínicamente significativos de cáncer de próstata.
El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común entre los hombres en muchos países del mundo. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y una enfermedad avanzada. Para ello, los médicos usan imágenes por resonancia magnética (IRM), pero interpretarlas no siempre es fácil. Un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open muestra que, con la ayuda de la artificial intelligence (AI), los médicos pueden mejorar significativamente su capacidad de detectar los casos más peligrosos de este cáncer.
El estudio fue realizado entre marzo y julio de 2024, con la participación de 61 radiólogos de distintos niveles de experiencia y de 17 países. Cada uno evaluó imágenes de resonancia magnética de la próstata de 360 hombres sospechosos de tener cáncer. Estas imágenes fueron revisadas dos veces: una sin ayuda y otra con el apoyo de un sistema de AI desarrollado por el consorcio internacional PI-CAI.
Este sistema de AI fue entrenado con más de 10 mil exámenes y está diseñado para detectar signos de cáncer clínicamente significativos, es decir, los que requieren tratamiento. La AI proporcionaba una puntuación del 1 al 10 sobre la probabilidad de que el paciente tuviera un tumor peligroso, y también indicaba las zonas más sospechosas en las imágenes.
En este sentido, los resultados del estudio mostraron que, cuando los médicos contaban con el apoyo de la AI, su precisión para detectar los casos graves de cáncer aumentó. La sensibilidad, es decir, la capacidad para detectar verdaderos positivos, subió del 94.3% al 96.8%, y la especificidad, es decir, la capacidad para evitar falsos positivos, mejoró del 46.7% al 50.1%. Además, el sistema de AI por sí solo tuvo un desempeño aún mejor, con un 94.7% de precisión total.
Otro hallazgo importante fue que los médicos menos experimentados se beneficiaron más del apoyo de la AI. Su precisión se acercó o incluso superó la de los expertos cuando usaban el sistema, lo que sugiere que esta tecnología puede ayudar a reducir las diferencias entre profesionales con distintos niveles de experiencia.
Este estudio confirma el valor de la AI como una herramienta de apoyo para el diagnóstico de enfermedades como el cáncer. Si bien, la tecnología no reemplaza al médico, sí puede complementar su trabajo y ayudarle a tomar mejores decisiones clínica. Además de mejorar la precisión, la AI podría reducir la cantidad de biopsias innecesarias, lo que representa menos riesgos y molestias para los pacientes.
