WAVEFRONT es una herramienta de machine learning que detecta de forma no invasiva ondas cerebrales dañinas, lo que permitiría a los médicos intervenir antes y mejorar la recuperación de los pacientes.
Investigadores de la Carnegie Mellon University (CMU) desarrollaron un método no invasivo para detectar ondas cerebrales dañinas que agravan las lesiones cerebrales traumáticas. Su innovación, impulsada por machine learning or machine learning, podría transformar la atención neurológica al permitir diagnósticos tempranos y prevenir daños cerebrales secundarios.
Las lesiones cerebrales traumáticas (TBI, en inglés) pueden dejar secuelas severas y duraderas. Sin embargo, el riesgo no termina con el impacto inicial pues cerca de la mitad de los pacientes desarrollan lesiones secundarias horas o incluso semanas después, muchas veces sin ser detectadas hasta que el daño ya es irreversible.
Estas lesiones secundarias son provocadas por las llamadas “tsunamis cerebrales”, lentas y destructivas olas de supresión de actividad neuronal que se desencadenan tiempo después del traumatismo. Detenerlas puede evitar un deterioro mayor, pero para hacerlo es necesario identificarlas a tiempo.
Hasta ahora, detectarlas requería colocar electrodos directamente sobre el cerebro, un procedimiento invasivo y de cobertura limitada. Para superar esa barrera, el equipo del investigador Pulkit Grover, de CMU, desarrolló WAVEFRONT, una tecnología que utiliza electrodos de electroencefalograma (EEG) colocados en el cuero cabelludo para detectar estas ondas dañinas sin necesidad de cirugía.
El sistema combina décadas de conocimiento neurobiológico con un algorithm of machine learning capaz de procesar grandes volúmenes de datos y reconocer patrones asociados con los tsunamis cerebrales. En pruebas realizadas en varios hospitales, WAVEFRONT logró una precisión cercana al 89%, demostrando su eficacia en distintos entornos clínicos y equipos médicos.
Este avance abre nuevas posibilidades para la atención neurocrítica, al permitir la detección temprana y el tratamiento oportuno de lesiones cerebrales secundarias sin procedimientos invasivos. Según Grover, esta tecnología podría beneficiar no solo a pacientes con TBI severos, sino también a personas con conmociones cerebrales y otras lesiones cerebrales leves. “Si puedes hacerlo con EEG, puedes habilitar mucho más”, afirmó el investigador.




