En un comentario publicado por David Drummond, especialista médico, en la revista Nature, explica dos de las dimensiones esenciales de la atención al paciente: la competencia y la calidez, y cómo ha evolucionado con la industrialización y la llegada de los sistemas autónomos al ejercicio médico.
La competencia del médico se refiere a la capacidad del médico para brindar tratamiento y atención a través del conocimiento biomédico y el razonamiento científico. La calidez se refiere a la capacidad del médico para a establecer una relación empática, considerando la individualidad de cada paciente.
“La competencia ya no será una prerrogativa de los médicos, sino una dimensión a compartir entre los médicos y los sistemas autónomos de toma de decisiones algorítmicas, en contraste con la calidez que debería seguir siendo un atributo humano”, explica Drummond.
Sin embargo, a raíz de la revolución industrial y la importancia de la recopilación de datos en la medicina moderna, es probable que la competencia y la calidez se vean interrumpidas en algunas situaciones específicas, y más aún con la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en medicina.
La era de la revolución de los datos
La revolución de los datos estuvo marcada por el uso creciente de máquinas que llevó a una división del trabajo en la recopilación de datos, con la participación de biólogos, radiólogos, genetistas, etc.
Ante la acumulación de conocimientos nacieron nuevas especialidades y subespecialidades, actualmente una decisión médica requiere equipos multidisciplinarios. “La competencia general aumentó, pero la multiplicación de especialistas en órganos y el creciente lugar de las máquinas amenazaron la relación médico-paciente. El concepto de atención centrada en el paciente reequilibró la competencia y la calidez”, explica.
“Los médicos deben mantener el control sobre estas nuevas tecnologías si quieren mantener la dimensión de “competencia” de su lado”, concluye el autor.