Comunidades fronterizas del Chaco se convierten en la primera línea de defensa ante posibles brotes epidémicos.
En el Chaco paraguayo, comunidades fronterizas como Fuerte Olimpo y Bahía Negra están transformando su papel en la salud pública, al pasar de simples receptoras de atención médica a protagonistas en la detección temprana de enfermedades. Este cambio forma parte del Proyecto Regional PROTECT, una iniciativa liderada por la Pan American Health Organization (PAHO) y financiada por el Fondo para Pandemias, cuyo propósito es fortalecer la preparación y respuesta ante emergencias sanitarias en siete países sudamericanos.
Las largas distancias y el difícil acceso a los servicios de salud en zonas remotas del Alto Paraguay han sido históricamente un desafío. Con el nuevo proyecto, líderes locales y referentes de salud están capacitados para reconocer señales de alerta: desde aumentos inusuales de ausentismo escolar o venta de antigripales, hasta muertes repentinas de animales o cambios en la calidad del agua.
“El principal reto es la vulnerabilidad de las comunidades rurales y fronterizas ante enfermedades zoonóticas y emergentes”, explicó Aida Samaniego, técnica de la Unidad de Epidemiología Regional. El enfoque comunitario ha permitido que los propios habitantes notifiquen de manera oportuna a las autoridades sanitarias, incluso en situaciones críticas como las recientes inundaciones que aislaron varias localidades del Chaco.
En su primer año de implementación, PROTECT ha logrado avances tangibles en tres frentes:
- Vigilancia Basada en Eventos (VBE): las comunidades aprenden a identificar y reportar signos tempranos de brotes.
- Integración con Salud Indígena: reuniones de gobernanza y capacitación fortalecen el trabajo conjunto con pueblos originarios.
- Modernización tecnológica: incorporación de herramientas digitales y sistemas de alerta temprana que mejoran la vigilancia y el diagnóstico.
Además, el proyecto promueve la coordinación interinstitucional bajo el enfoque “Una Sola Salud”, que integra a los sectores de salud, medio ambiente y agricultura en la prevención de epidemias.
El Hospital Regional de Fuerte Olimpo ha visto una transformación significativa.
“Contamos con una cabecera de laboratorio que opera casi las 24 horas, con bioquímicos, insumos y equipos que antes eran impensables”, señaló el Dr. Gualberto González, encargado del laboratorio.
Gracias a estos recursos, se realizan estudios completos, desde hemogramas y pruebas de coagulación hasta diagnósticos de VIH y sífilis, para habitantes de comunidades distantes como Bahía Negra. “Cada análisis que hacemos representa un compromiso con quienes más lejos viven”, añadió González, destacando que los datos obtenidos alimentan también la vigilancia epidemiológica nacional.




