El Modelo ECHO - Extensión para los Resultados de la Atención Médica Comunitaria, busca cerrar brechas en el acceso a la atención médica de calidad y desafiar las barreras de infraestructura en salud aún persistentes en las Américas.
ECHO fue desarrollado en la Universidad de Nuevo México hace casi 20 años, con el objetivo de aprovechar las nuevas tecnologías para acercar los servicios de salud a poblaciones con difícil acceso a servicios especializados. ECHO nace a partir de una metodología horizontal, que promueve el aprendizaje colectivo y la democratización del acceso a la medicina.
El programa ECHO reúne a un grupo de expertos en el denominado hub ECHO, que mantiene comunicación con profesionales de salud locales. Posteriormente estos profesionales pasan sus conocimientos especializados a las personas en la comunidad. Es decir, es un modelo similar a la telemedicina, pero con mayor participación por parte de las personas beneficiadas.
En 2014, ECHO fue replicado en Uruguay, específicamente en el Hospital Universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, la institución educativa más importante del país. Años más tarde este modelo se expandió en respuesta a la emergencia sanitaria por COVID-19. Gracias al apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el modelo logró su fortalecimiento y ampliación al expandirse a Ecuador, El Salvador y Honduras.
En este sentido el equipo de ECHO Uruguay, comenzó a trabajar tres líneas de trabajo con autoridades sanitarias de El Salvador: la comunicación, la metodología, y el monitoreo y evaluación. De igual forma acordaron el lanzamiento de un programa binacional de tele clínicas, especializado en atención prenatal.
Por otra parte, en Ecuador la Corporación Ecuatoriana para el Desarrollo de la Investigación y la Academia (CEDIA), y ECHO Uruguay acordaron el establecimiento del hub ECHO CEDIA. Este hub proporciona una oportunidad a residentes de la carrera de medicina a realizar sus prácticas en zonas rurales aplicando el modelo de tele clínicas en asuntos relacionados a salud materna y neonatal, así como la promoción de la salud mental.
El modelo ECHO ha sido aplicado en otros países de la región. Por ejemplo, en marzo de 2022 la Organización Panamericana de la Salud y el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, desarrollaron el programa ECHO Latinoamérica, orientado para la prevención y control de cáncer cervicouterino.