La adopción de la AI requiere estrategias claras que incluyan normas de privacidad de datos, lineamientos legales y capacitación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su oficina regional para Europa, publicó un informe en el que advierte que el uso de la artificial intelligence (AI) en los sistemas de salud avanza con rapidez, mientras que los marcos legales y de protección para pacientes y personal sanitario aún son insuficientes.
Según el documento, la AI ya se utiliza en la región para apoyar el diagnóstico de enfermedades, disminuir tareas administrativas y facilitar la comunicación con pacientes. Estos desarrollos están transformando la manera en que se brinda atención, se interpretan los datos y se distribuyen los recursos.
No obstante, el organismo señala que esta adopción tecnológica requiere estrategias claras que incluyan normas de privacidad de datos, lineamientos legales y capacitación en el uso de AI. De lo contrario, existe el riesgo de que las brechas existentes en los sistemas de salud se amplíen.
Dicho documento constituye la primera evaluación amplia sobre la adopción y regulación de la AI en los sistemas sanitarios de los 53 países de la región europea. De ellos, 50 participaron en la encuesta.
Aunque la mayoría reconoce el potencial de la AI en áreas como diagnóstico, vigilancia epidemiológica y medicina personalizada, solo cuatro países cuentan con una estrategia nacional específica para su uso, y otros siete se encuentran desarrollándola.
Cabe destacar que algunos Estados han implementado acciones iniciales. Estonia, por ejemplo, integra expedientes clínicos electrónicos, datos de seguros y bases de población en una plataforma única que facilita el uso de herramientas de AI. Por su parte, Finlandia ha invertido en formación para trabajadores de la salud, mientras que España realiza pruebas piloto para emplear AI en la detección temprana de enfermedades en atención primaria.
Los principales desafíos, a pesar del interés en adoptar estas tecnologías, son que los marcos regulatorios avanzan con menor velocidad, debido a que el 86% de los países señala la incertidumbre legal como la principal barrera, además, el 78% identifica los costos como un obstáculo relevante. Finalmente, menos del 10% cuenta con estándares de responsabilidad jurídica para definir quién debe responder si un sistema de AI incurre en un error o causa daño.
El informe indica que existe consenso sobre diversas medidas que podrían facilitar la integración de la AI. Entre ellas, destacan reglas claras de responsabilidad para fabricantes, implementadores y usuarios, así como lineamientos que garanticen transparencia, verificabilidad y explicabilidad de los sistemas de AI para generar confianza en sus resultados.
La OMS recomienda a los países a desarrollar estrategias de AI alineadas con los objetivos de salud pública, invertir en la capacitación de personal, fortalecer salvaguardas éticas y legales, promover la participación social y mejorar los mecanismos de gobernanza de datos entre fronteras.




