Con una inversión de 16 millones de dólares, la investigación evaluará la efectividad de la AI en la detección temprana de cáncer de mama.
Cada octubre, durante el Mes de la Concientización sobre el Cáncer de Mama, se recuerda la importancia de la detección temprana a través de mamografías anuales para mujeres mayores de 40 años. Sin embargo, la interpretación de estos estudios no está exenta de limitaciones ya que pueden existir falsos positivos que generan ansiedad y pruebas adicionales innecesarias, o incluso casos en que el cáncer no se detecta. Ante este panorama, un nuevo ensayo clínico nacional buscará responder si la artificial intelligence (AI) puede apoyar a los radiólogos en esta tarea.
El ensayo, denominado PRISM o Pragmatic Randomized Trial of Artificial Intelligence for Screening Mammography, cuenta con un financiamiento de 16 millones de dólares otorgado por el Patient-Centered Outcomes Research Institute (PCORI). Será el primer estudio a gran escala en Estados Unidos que evalúe de manera aleatoria el impacto real de la AI en la interpretación de mamografías.
La UC Davis Health será colíder de la investigación y estará a cargo del centro de coordinación de datos. El proyecto analizará cientos de miles de mamografías realizadas en instituciones médicas de California, Florida, Massachusetts, Washington y Wisconsin. Participarán siete centros académicos de prestigio, entre ellos la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), que además será el sitio coordinador administrativo, UC San Diego, Boston Medical Center, Universidad de Miami, Universidad de Washington y Universidad de Wisconsin.
Por su parte, Diana Miglioretti, coinvestigadora principal y jefa de Bioestadística en UC Davis, el objetivo no es sustituir a los radiólogos, sino evaluar si la AI puede convertirse en un “copiloto” confiable en la lectura de mamografías. “PRISM es el primer ensayo aleatorio a gran escala en los Estados Unidos que evalúa la eficacia de la AI en la interpretación de las pruebas de detección del cáncer de mama”, afirmó.
La dinámica del estudio no modificará la experiencia de las pacientes. Las mamografías se interpretarán de dos maneras: unas únicamente por radiólogos y otras con el apoyo de una herramienta de AI. En todos los casos, el diagnóstico final será responsabilidad del especialista humano. Además de medir las tasas de detección y de falsos positivos, el proyecto incluirá encuestas y grupos focales para conocer la percepción y confianza tanto de pacientes como de médicos respecto al uso de la AI.
“Los resultados del ensayo servirán de base para la práctica clínica, las decisiones sobre cobertura, la adopción de tecnología y la forma en que nos comunicamos con los pacientes sobre la AI en las pruebas de detección”, explicó Miglioretti. “Hay mucho optimismo en cuanto a que la AI mejorará la atención sanitaria, pero muy pocos ensayos aleatorios han medido su eficacia en el mundo real”, finalizó.




