Las herramientas de rastreo de contactos a través de dispositivos móviles para identificar posibles casos de COVID-19 fue una de las herramientas desarrolladas durante la pandemia.
Durante la pandemia de COVID-19 se adoptó el sistema de aplicaciones móviles con rastreo de contactos digitales o contact tracing, con el objetivo de prevenir y reducir los brotes de COVID-19. Sin embargo, a casi tres años del inicio de su implementación científicos han evaluado sus resultados a nivel general y comprender el impacto que tuvieron estas herramientas.
Este tipo de herramientas para contener brotes, son conocidas como intervenciones no farmacéuticas, las soluciones de rastreo de contactos aumentaron la expectativa acerca de que las intervenciones pudieran contener brotes de manera efectiva.
Para acelerar estos procesos y complementar las tareas de vigilancia epidemiológica y el rastreo manual de casos sospechosos, se implementaron aplicaciones móviles para el rastreo de contactos digitales, principalmente basada en Bluetooth. No obstante, ningún país pudo contener brotes de esta manera sin optar por utilizar intervenciones no farmacéuticas más severas.
Estas aplicaciones miden la exposición a otras personas mediante el uso de Bluetooth, para identificar otros teléfonos que ejecutan la misma aplicación o una similar. Luego si un usuario de esta plataforma presenta una prueba positiva, se alertará a las personas que tuvieron contacto o estuvieron cerca de la persona contagiada.
Además, este tipo de aplicaciones utilizan datos anónimos, es decir, no mostraba nombres, sexo, o edades de las personas contagias. Incluso ni siquiera mostraba detalles de la localización del posible contacto, ya que esta solución precisamente evitaba el uso de datos de geolocalización.
Investigadores alemanes realizaron un análisis sobre este tipo de soluciones y cuál fue su verdadero aporte. Para ello presentaron un modelo dinámico estocástico de enfermedades infecciosas que simula la propagación en redes y dividiendo los individuos infecciosos en presintomáticos, asintomáticos y sintomáticos. También asumiendo que el 50% de las transmisiones son causadas por individuos presintomáticos.
Los autores explican que solamente “cuando las redes de contactos muestren un alto agrupamiento local y una distribución de grado estrecha, o cuando la participación en la aplicación esté altamente agrupada, se incrementará la eficacia del rastreo de contactos digitales”.
Estas herramientas han funcionado generalmente para evitar más casos durante la fase más crítica de una epidemia, es decir cuando el número de casos está aumentando progresivamente.
Consulta los resultados completos del estudio en el siguiente enlace:
https://journals.plos.org/digitalhealth/article?id=10.1371/journal.pdig.0000149