Un estudio reciente publicado en The Lancet Digital Health reveló importantes avances en la detección temprana de paros cardíacos mediante el uso de tecnología de relojes inteligentes.
El paro cardíaco repentino representa una amenaza significativa para la salud, con una tasa de supervivencia baja fuera del entorno hospitalario. Un estudio reciente ofrece nuevos datos al desarrollar un algoritmo para detectar paros cardíacos utilizando datos de relojes inteligentes o wearables, lo que podría cambiar radicalmente la forma en que se aborda esta emergencia médica.
Investigadores del Países Bajos han desarrollado un algoritmo innovador que aprovecha los datos de fotopletismografía y acelerometría recopilados por los relojes inteligentes. Este algoritmo ha demostrado una impresionante precisión del 98% en sensibilidad y 99.9% en especificidad para la detección de paros cardíacos en una cohorte de validación prospectiva.
Mientras que el uso de datos de relojes inteligentes para detectar arritmias atriales está bien estudiado en la literatura médica, el uso de esta tecnología para la detección de paros cardíacos repentinos no ha sido rigurosamente explorado. Además, los investigadores recopilaron datos de pacientes que llevaban un reloj inteligente durante paros cardíacos inducidos durante procedimientos cardiovasculares, lo que proporcionó un entorno controlado para el desarrollo y la evaluación del algoritmo.
Este algoritmo identificado es intuitivo y transparente, basado en un estado de flujo sanguíneo sistémico periférico bajo, lo que permite abordar tanto los tipos de paros cardíacos por arritmia ventricular como la actividad eléctrica sin pulso. Además, el estudio destaca la posibilidad de una intervención temprana para los pacientes con alto riesgo de paros cardíacos repentinos, que no justifican la implantación de un desfibrilador.
La integración de esta tecnología en la práctica clínica podría revolucionar la detección y respuesta a paros cardíacos repentinos, mejorando significativamente las tasas de supervivencia. Aunque existen desafíos pendientes, como la necesidad de calibración para reducir falsos positivos, este estudio marca un paso significativo hacia adelante en el uso de la tecnología para salvar vidas en casos de emergencias cardíacas.