Un estudio explora los desafíos clave que enfrentan las tecnologías de IA médica para ser comercializadas e integradas efectivamente en los sistemas de salud.
La inteligencia artificial (IA) ha comenzado a transformar el panorama médico, ofreciendo herramientas que prometen mejorar el diagnóstico, el tratamiento y el acceso a la atención médica, especialmente en enfermedades vasculares. Sin embargo, su adopción generalizada aún enfrenta barreras importantes. Un artículo publicado en npj Digital Medicine analiza un caso reciente de éxito en la detección de aneurismas aórticos y detalla los pasos necesarios para llevar estas tecnologías del laboratorio a la práctica clínica.
El artículo examina un algoritmo de deep learning o aprendizaje profundo, desarrollado por un grupo de investigadores en Taiwan en 2024, el cual permite que enfermeras sin entrenamiento en ultrasonido detecten aneurismas abdominales con una precisión comparable a la de médicos especializados. Probado en una muestra de 184 pacientes en Taiwán, el sistema alcanzó una sensibilidad del 100% y una especificidad del 97.8%. Esta herramienta demostró ser eficiente y rápida, con exámenes que duraron en promedio 37 segundos, mostrando un potencial claro para su uso en entornos con escasez de personal capacitado.
No obstante, el camino hacia el impacto clínico exige más que precisión técnica. Requiere una estrategia integral de comercialización que incluya financiamiento, validación regulatoria, evaluación tecnológica, vías de reembolso y alineación con guías clínicas. El estudio señala que muchas herramientas de IA no logran salir del ámbito académico por falta de apoyo económico o desconocimiento de los requisitos regulatorios.
El artículo también destaca el caso exitoso de una empresa estadounidense que logró llevar múltiples herramientas de IA al mercado, generando ingresos de más de 40 millones de dólares. Este logro se atribuye a la colaboración entre investigadores y la industria, la atención a normas internacionales de calidad desde el inicio, y un enfoque estratégico que incluyó obtener certificaciones, inversiones, códigos de reembolso y aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).
Además, se aborda la dificultad de conseguir financiamiento privado para tecnologías dirigidas a enfermedades de baja prevalencia, como los aneurismas aórticos. En este contexto, demostrar impacto clínico y rentabilidad es fundamental para atraer inversores. También se enfatiza la importancia de seguir buenas prácticas de desarrollo, consultar con agencias regulatorias desde etapas tempranas y colaborar con comités de guías clínicas para lograr una verdadera integración en la práctica médica.
Este artículo hace un llamado a investigadores y desarrolladores a considerar desde el inicio los pasos necesarios para traducir sus avances en soluciones útiles y accesibles para pacientes a nivel global.




