El blockchain es un sistema para el registro y almacenamiento de transacciones, es definido como “un registro compartido e inmutable de transacciones de igual a igual creado a partir de bloques de transacciones vinculadas y almacenado en un libro de contabilidad digital”.
El blockchain o cadena de bloques funciona a través de un sistema de red distribuido, y no como un sistema convencional centralizado o descentralizado. Podría decirse que es una base de datos, no obstante, su principal característica es que los datos están distribuidos en una red de computadoras, que se les llama nodos y además no existe una entidad central que controle los datos.
Los datos en blockchain se comparten de forma pública, sin embargo, solo aquellos con los permisos pueden acceder a ellos. El blockchain promueve la colaboración entre las personas y organizaciones, ya que es posible lograr interacciones sin confianza previa entre los actores, ya que todas las interacciones son registradas. Además, los participantes de una red de este tipo cuentan con dos claves de acceso, una privada y otra pública, esta última funciona como un identificador de sus datos.
“Las interacciones con la cadena de bloques se vuelven conocidas por todos los participantes y requieren verificación por parte de la red antes de que se agregue la información, lo que permite una colaboración sin confianza entre los participantes de la red mientras se registra una pista de auditoría inmutable de todas las interacciones”, explica Deloitte.
Blockchain aplicado en el sector salud
Los sistemas de salud y organizaciones sanitarias, pueden implementar la cadena de bloques en diferentes casos y uno de los más necesarios es la interoperabilidad. A través de blockchain, los sistemas de salud públicos o privados que prestan servicios a pacientes pueden registrar sus datos clínicos y además utilizar estándares de datos que puedan ser replicados por otras organizaciones.
De esta forma, las transacciones de datos son registradas y almacenadas en cadena de bloques, con información clínica clave del paciente, sin incluir datos de identificación. Y así las organizaciones e instituciones de salud pueden realizar transacciones de los datos de salud de los pacientes, para realizar análisis más precisos.
Y lo más importante, es que solo los pacientes cuentan con los permisos necesarios para acceder a sus datos en blockchain, la cual puede ser compartida con otras organizaciones de salud y solo de esta forma se puede acceder a toda su información. Es decir, un registro clínico electrónico que funcionaría en cualquier sistema de salud que cuente con esta tecnología de datos.
A pesar de lo complicado que puede sonar, el uso de blockchain tiene como objetivo la reducción de costos en los sistemas de salud y brindar más poder y control sobre sus datos a los usuarios. No obstante, a pesar de sus grandes beneficios, es un modelo que representa diversos desafíos técnicos y organizacionales, para poder ser aplicado a gran escala en los sistemas de salud.