Un ecosistema de Salud Digital inclusivo no es solo una cuestión de acceso a la tecnología, sino de garantizar que su implementación beneficie a todas las personas por igual.
La inclusión digital es un objetivo clave en la agenda de desarrollo global. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) la define como el acceso equitativo, significativo y seguro a las tecnologías digitales y sus beneficios, independientemente de la ubicación geográfica o la situación socioeconómica. Sin embargo, en el ámbito de la Salud Digital, persisten desigualdades significativas que impiden que los sectores más vulnerables se beneficien de estas innovaciones.
En el artículo “Hacia un exosistema de Salud Digital Inclusivo”, publicado en el número más reciente del Bulletin of the World Health Organization, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los autores Yao Xie, Kayode Philip Fadahunsi, Carol Kelleher, Derjung M Tarn, Audrey Grace y John O’Donoghue analizan los desafíos y oportunidades para lograr un ecosistema de Salud Digital inclusivo.
A pesar de los avances tecnológicos, las desigualdades en el acceso a la Salud Digital siguen siendo evidentes. Entre las principales barreras existe por ejemplo la falta de acceso a dispositivos y conectividad. Es decir, las poblaciones en situación de vulnerabilidad suelen carecer de recursos para acceder a tecnologías digitales o a una conexión estable a internet.
La baja alfabetización digital es otro de los desafíos, ya que muchos pacientes y trabajadores de la salud no cuentan con las habilidades necesarias para utilizar registros electrónicos, plataformas de telemedicina o aplicaciones de Salud Digital. Asimismo, la falta de actualización en la infraestructura es una situación recurrente. Los sistemas de salud en países con menos recursos enfrentan dificultades para integrar nuevas tecnologías en sus estructuras existentes.
Cabe destacar que, los desafíos de la Salud Digital no son estáticos, sino que evolucionan constantemente junto con los cambios tecnológicos y sociales. Esto requiere una colaboración multisectorial que incluya a pacientes, profesionales de la salud, desarrolladores tecnológicos, reguladores y educadores.
De esta manera, los autores destacan el papel del diseño universal en la Salud Digital. El diseño universal, una metodología que busca crear productos y entornos accesibles para todas las personas, ofrece una oportunidad para mejorar la inclusión digital en salud. Este enfoque, que se originó en el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad, ha demostrado ser efectivo en sectores como la educación y el urbanismo.
En el ámbito de la Salud Digital el diseño universal puede aplicarse mediante:
- Interfaces accesibles: Tecnologías que permitan la interacción a través de voz, gestos o texto para personas con diferentes capacidades.
- Consultas en línea inclusivas: Plataformas de telemedicina adaptadas a usuarios con bajo nivel de alfabetización digital.
- Opciones no digitales: Garantizar que quienes opten por no utilizar herramientas digitales tengan acceso a alternativas presenciales.
Sin embargo, los autores mencionan que muchas soluciones tecnológicas incluyen características de accesibilidad como una fase secundaria del diseño, en lugar de integrarlas desde el inicio. Esto limita su impacto real en la reducción de desigualdades.
Para superar estas barreras, los autores proponen un modelo llamado universal design for decision-making, que integra principios de equidad e inclusión en todas las etapas de desarrollo de tecnologías sanitarias. Este enfoque se basa en:
- Elaboración de políticas: Crear normativas que garanticen el acceso equitativo a la Salud Digital
- Desarrollo de tecnología inclusiva: Diseñar soluciones centradas en la diversidad de los usuarios
- Accesibilidad lingüística: Asegurar que las plataformas digitales sean comprensibles para personas con distintos niveles de alfabetización
- Capacitación continua: Brindar formación en habilidades digitales a pacientes y trabajadores de la salud
- Inclusión de comunidades vulnerables: Involucrar a grupos marginados en el diseño e implementación de tecnologías
- Seguridad de los sistemas de salud digital: Proteger la privacidad y los datos de los usuarios
- Colaboración intersectorial: Fomentar alianzas entre gobiernos, empresas tecnológicas y organizaciones sociales
Los autores concluyen que, lograr un ecosistema de Salud Digital inclusivo no es solo una cuestión de acceso a la tecnología, sino de garantizar que su implementación beneficie a todas las personas por igual. La OMS ha lanzado la Global Initiative on Digital Health para impulsar soluciones inclusivas a nivel mundial.
