Se espera que, con la conjunción entre el sector público y privado, esta herramienta pueda cubrir al país en su totalidad. Por lo pronto el HCE ha permitido un flujo de trabajo más dinámico tanto para el médico como para el paciente mismo.
El Salvador hizo un recuento de las situaciones que ocurrieron con el HCE dentro del Sistema Único de Información en Salud (SUIS).
La principal consideración tuvo como eje de tracción la aceptación de la gente al sistema y, con ello, su apropiación para generar un buen ambiente que se acople a los procesos de gestión tanto por parte del médico como la interacción con el paciente.
El trato que la población le ha acuñado, contribuye a un flujo considerable en donde el contexto que vive el servicio de salud salvadoreño se adapta al funcionamiento del Expediente Único, que sincroniza datos y referencias cruzadas con el fin de respaldar y relacionar la información almacenada en la nube.
Con esto, el usuario puede identificarse ante cualquier institución pues los datos necesarios estarán a disposición a cualquier hora y en cualquier lugar; así se reducen los costos y la brecha digital, ya que el Servicio de Salud Nacional contará, como convenio, con un expediente que sustente los archivos de cada individuo.
La realidad que hasta la fecha se presenta indica que aún falta abarcar la historia clínica en todos los centros de atención médica mediante una conectividad de alta especialización que permita repartir citas y dar seguimiento clínico capaz de cubrir todas las regiones sin contratiempos.
También los equipos en los laboratorios se automatizaron con el fin de vigilar los métodos utilizados en los tratamientos y otras facilidades como realizar estudios o análisis y poder controlar el abasto de medicamento teniendo a consideración su distribución logística.
Una de las ventajas del nuevo software es que, al ser libre, está a disposición pública para ser modificada para su máximo aprovechamiento ya que, al poder manipular los recursos, se podrán actualizar las prioridades de la informatización y otras políticas públicas con relevancia.
Al no reemplazarse sino reinventarse, la modalidad de software libre puede durar un periodo prolongado de tiempo sin volverse obsoleta. En esta medida se mantienen las configuraciones y, por añadidura permite adecuar nuevas herramientas sobre las ya existentes y ahorrar inversiones innecesarias o que afecten la economía de las instituciones.
Ese es el desafío que se abalanza sobre la salud digital en América Latina, complementar y aunar entre sí al sector privado con el público adaptando las necesidades de cada uno en un solo patrón. Se podrá hablar, entonces, de un financiamiento enfatizado en aumentar las políticas públicas con el afán de aportar a las telecomunicaciones y su red de conexión.
La experiencia del uso de la Historia Clínica Electrónica por parte de El Salvador deja una profunda reflexión acerca de un marco legal apto para ser un buen soporte en los centros de salud. Se requiere de una normatividad que regule los procesos clínicos y administrativos partiendo de la legalización de los métodos digitales para ser considerados como evidencia o documentos oficiales.
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