La inteligencia Artificial se ha posicionado como un referente de calidad y confianza para el ejercicio médico al aportar una programación flexible a cualquier entorno y circunstancia que se presente.
En la actualidad, las nuevas tecnologías se han propagado para aumentar las funciones y posibilidades que ofrecen los sistemas y servicios de salud, pues agilizan los métodos de operación; aumentan la velocidad y la constancia en el trabajo diario.
La Inteligencia Artificial, aplicada en el campo de la salud digital, ofrece certeza y seguridad a los médicos ya que se apoyan en ella para mejorar sus actividades; como si tuvieran a un asistente personal capaz de reconocer datos, agruparlos, tomar decisiones y aprender patrones con sólo analizar la situación.
Se ha comprobado que el uso del Big Data potencializa habilidades en ámbitos especializados como la cirugía, los ataques cerebrovasculares, cardiacos y cáncer, expandiendo el potencial que tiene la interacción virtual sobre los resultados satisfactorios de cualquier operación en tiempo real y sin margen de error.
“Hoy, ya es posible, por ejemplo, con el machine learning –tecnología derivada de la inteligencia artificial donde la máquina aprende de manera autónoma de sus errores– predecir futuros eventos como la presencia de placas coronarias de alto riesgo, seleccionar pacientes para realizar tratamientos endovasculares reduciendo el riesgo de sangrado, o estimar la extensión de la secuela luego de un ACV (accidente cardiovascular)” fue lo que reforzó el doctor Pedro Lylyk, presidente del Congreso SIMI 2019.
En América Latina se están adoptando estas alternativas de intervención con el fin de garantizar un adelanto en la brecha digital y de acceso que tiene la comunidad médica por causa de pocas políticas públicas que resguarden con mayor frecuencia esta nueva metodología de salud digital.