El uso combinado de sensores portátiles y coaching digital mostró mejoras en la calidad del sueño y una reducción del riesgo por consumo de alcohol en jóvenes.
Un ensayo clínico aleatorizado publicado en JAMA Network Open revela que una intervención digital que combina sensores portátiles o wearables con sesiones de coaching personalizado podría ser una herramienta prometedora para mejorar el sueño y reducir el riesgo asociado al consumo de alcohol entre jóvenes adultos. El estudio cuestionó la eficacia de una intervención de retroalimentación y entrenamiento para mejorar la salud del consumo de alcohol y del sueño en adultos jóvenes en situación de riesgo.
El objetivo del estudio fue probar la eficacia de una intervención digital multimodal de retroalimentación portátil y entrenamiento para mejorar el consumo de alcohol de riesgo y la salud del sueño en adultos jóvenes. El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Yale, analizó a 120 participantes de entre 18 y 25 años con hábitos de consumo de alcohol considerados de riesgo y con problemas de sueño. Los jóvenes fueron asignados a tres grupos: uno recibió una intervención completa con retroalimentación basada en sensores y coaching virtual; otro recibió solo asesoramiento web; y el tercero, asesoramiento más un sistema de automonitoreo a través del teléfono. Todos los participantes utilizaron biosensores para registrar patrones de sueño y niveles de alcohol en el cuerpo.
Aunque la intervención no mostró diferencias significativas respecto al número total de bebidas consumidas en comparación con los grupos de control, sí se observaron mejoras relevantes en otras áreas. Por ejemplo, el grupo que recibió feedback personalizado y coaching reportó mayor reducción en los niveles de riesgo de consumo según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como disminución significativa en la afectación del sueño durante el día. Los investigadores destacan que los participantes con una mejora en la calidad del sueño también tenían más probabilidades de reducir su riesgo por consumo de alcohol.

Además, el estudio mostró una alta aceptación y cumplimiento por parte de los jóvenes, quienes valoraron especialmente los elementos personalizados del programa. Según los autores, estos resultados refuerzan la necesidad de seguir investigando y adaptando intervenciones digitales que integren diferentes áreas de salud, especialmente entre poblaciones jóvenes.
Los autores concluyeron que, a través de este ensayo clínico aleatorizado no se detectó un efecto significativo de la intervención sobre el resultado primario del total de bebidas o los resultados secundarios de las alteraciones del sueño o las consecuencias del consumo de alcohol. Sin embargo, la intervención mejoró significativamente otras medidas de la salud del sueño y la reducción del consumo de alcohol en comparación con la condición de control A y justifica la realización de más pruebas en muestras más grandes.
Aunque todavía se requiere más evidencia en poblaciones diversas y con un seguimiento más prolongado, este tipo de tecnologías ofrece un enfoque potencialmente escalable para abordar problemas combinados de sueño y consumo de alcohol, que suelen presentarse de forma simultánea en esta etapa de la vida.