El estudio destaca las oportunidades y riesgos del uso de la IA en la comunicación de riesgos, participación comunitaria y gestión de infodemias.
La inteligencia artificial (IA) es capaz de ayudar a las autoridades e instituciones de salud pública a comunicar riesgos y evitar la propagación de información falsa durante emergencias de salud pública, según un nuevo estudio publicado por la Universidad de Zúrich y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en BMJ Global Health.
El estudio detalla que la IA podría transformar la manera en que las autoridades de salud pública se comunican con la población, involucran a las comunidades y combaten la desinformación durante emergencias sanitarias. No obstante, el uso de estas tecnologías emergentes implica importantes desafíos éticos y técnicos.
El estudio utilizó el método Delphi, con 54 expertos de 27 países, especializado en salud pública, comunicación de riesgos, Salud Digital e IA. El objetivo fue evaluar las oportunidades, riesgos y principios que deberían guiar el uso de la IA en tres áreas clave durante emergencias sanitarias: comunicación de riesgos, participación comunitaria y gestión de infodemias (RCCE-IM, en inglés).
Sin embargo, los expertos también identificaron importantes riesgos en la adopción de la IA. Entre ellos se encuentra el sesgo en los algoritmos, el uso malintencionado de estas tecnologías, la pérdida de privacidad y la posibilidad de agravar la brecha digital. Estas preocupaciones adquieren especial relevancia en entornos vulnerables, donde existe un acceso limitado a tecnología, lo que puede incrementar la exclusión dentro del sistema de salud. El estudio también advierte sobre el riesgo de sustituir tareas esenciales del personal humano por soluciones automatizadas que pueden carecer de sensibilidad cultural o empatía, elementos fundamentales en la comunicación en salud.
“Hemos visto con qué rapidez puede difundirse información falsa en situaciones de emergencia y repercutir en la vida de las personas. Este es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. La IA tiene el potencial de ayudar a resolverlo eficazmente, identificando las narrativas perjudiciales en una fase temprana y dirigiendo la información pertinente y precisa a públicos diversos”, expresó Cristiana Salvi, Asesora Regional de Comunicación de Riesgos, Participación de la Comunidad y Gestión de la Infodemia, Emergencias Sanitarias de la OMS/Europa. Sin embargo, advirtió que aunque los resultados del estudio son alentadores, es necesario ser cautelosos, pues la innovación nunca debe ir en contra de la confianza o la seguridad.

Asimismo, el estudio destaca que la IA podría mejorar la eficiencia de las respuestas sanitarias y democratizar el acceso a información confiable, para ello es fundamental que su implementación siga principios éticos claros. Los autores también señalaron como aspectos esenciales la equidad, la transparencia, la protección de datos personales, la rendición de cuentas, la participación activa de las comunidades y un liderazgo que garantice el bienestar colectivo.
Para lograr una adopción segura y efectiva, los especialistas recomendaron el desarrollo de marcos regulatorios adaptados a la IA en salud, capacitación para los profesionales que la utilicen, monitoreo constante de su funcionamiento y campañas educativas para el público general. También resaltaron la necesidad de diseñar sistemas que permitan a las comunidades comprender y participar activamente en las decisiones tecnológicas que afectan su salud.
Por su parte, la Dra. Daniela Mahl, coautora del estudio e investigadora de la Universidad de Zúrich, explicó que: “La capacidad de la IA para apoyar o socavar los esfuerzos de salud pública depende de cómo se gobierne y se aplique. La línea que separa la innovación del daño es delgada, especialmente en emergencias de alto riesgo. Nuestras conclusiones subrayan la necesidad de unos principios claros y una estrecha colaboración intersectorial para garantizar que la IA refuerce realmente las comunicaciones sanitarias”.
El estudio concluye que, para navegar de forma responsable por las múltiples oportunidades, retos y riesgos de la IA, serán necesarios principios rectores claros, evaluación crítica y formación continua así como la colaboración social entre países.
“Este estudio pone de relieve el potencial y la complejidad del uso de la IA en la comunicación de riesgos y la gestión de la infodemia durante las emergencias. No se trata sólo de una mejora técnica. Requiere replantearse cómo diseñamos, probamos y ampliamos estas intervenciones. ¿Podemos garantizar que los conocimientos de la IA se traduzcan en intervenciones oportunas, prácticas y éticas sobre el terreno? Por eso debemos invertir en soluciones innovadoras y éticas que generen confianza pública, especialmente en contextos complejos y en rápida evolución”, finalizó el Dr. David Novillo Ortiz, Asesor Regional de Datos, Evidencias y Salud Digital de la OMS/Europa.