Un análisis exhaustivo revela que estas herramientas reducen visitas hospitalarias, pero no mejoran significativamente la remisión clínica.
Las tecnologías de Salud Digital o DHT se han posicionado como herramientas prometedoras para el manejo de enfermedades crónicas, incluyendo la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Sin embargo, una reciente revisión integral publicada en The Lancet Digital Health evalúa su eficacia real, destacando tanto sus ventajas como sus limitaciones en el tratamiento de pacientes con Crohn y colitis ulcerosa. Este estudio, denominado umbrella review o “revisión paraguas” analizó nueve revisiones sistemáticas publicadas entre 2012 y 2024, abarcando datos de múltiples ensayos clínicos.
Entre los hallazgos más relevantes del estudio se encuentra la reducción en el uso de servicios de salud. Por ejemplo, el estudio detalla que DHTs, como aplicaciones móviles, telemedicina y plataformas web, demostraron reducir significativamente las visitas hospitalarias y ambulatorias, lo que podría traducirse en ahorros para los sistemas de salud.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, estas tecnologías no mostraron superioridad frente al cuidado estándar en lograr o mantener la remisión de la enfermedad, controlar la actividad inflamatoria o prevenir recaídas.

La adherencia al tratamiento también fue uno de los hallazgos de la revisión. Algunos estudios reportaron mejoras en el cumplimiento de la medicación, aunque los resultados fueron inconsistentes debido a la heterogeneidad de las intervenciones evaluadas.
Los investigadores señalaron desafíos metodológicos, como la corta duración de los estudios, el pequeño tamaño de las muestras y la falta de estandarización en las métricas de evaluación. Además, destacaron la necesidad de investigar cómo factores como el acceso a la tecnología y la alfabetización digital influyen en los resultados.
Aunque el estudio defiende la idea de que las DHT no reemplazan los tratamientos convencionales, su papel como complemento en la gestión de la EII es valioso, especialmente para optimizar recursos en los sistemas de salud y en el empoderamiento de los pacientes. Los autores subrayan la urgencia de diseñar estudios más rigurosos que permitan confirmar estos hallazgos y explorar su potencial a largo plazo.